El volumen total de agua dulce que consume una comunidad, un individuo, la industria o el comercio es lo que se conoce como huella hídrica.
Si bien los individuos hacen uso de una gran cantidad de este líquido para beber, cocinar y lavar, el mayor consumo del mismo se da en la producción de bienes, en los procesos industriales y comerciales.
La huella hídrica es un indicador de uso de agua que tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto por parte de un consumidor o productor.
Por ejemplo, estudios realizados por expertos, la producción de un kilo de carne requiere la exagerada cifra de 16.000 litros de agua.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del volumen total de agua en la tierra, tan sólo 2,5% es dulce. Y de esa cifra menos del uno por ciento está disponible para suplir el uso de los ecosistemas y el consumo humano, lo que ha comenzado a generar preocupación en el mundo entero porque va a llegar el momento en que no haya el preciado líquido para satisfacer las necesidades más básicas.
Es por esta razón que se hace importante la sensibilización de todos los sectores de la sociedad debido a que el agua es un recurso finito, estratégico para el desarrollo sostenible del mundo y, por lo tanto, clave para la productividad y competitividad de las economías
Los problemas hídricos están a menudo íntimamente relacionados con la estructura de la economía mundial.
Hoy lo que se evidencia es que muchos países han “externalizado” su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción.
Lo preocupante de esta situación es que se está generando una gran presión en los recursos hídricos en las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos que regulen y conserven estos recursos.
Es aquí cuando el papel de los consumidores y no sólo de los gobernantes empieza a ser prioritario, con miras a lograr esos niveles de protección que se requieren para evitar el mal uso del líquido.
Según expertos en el tema, lo que se debe tener claro es que el concepto de “huella hídrica”, más allá de un programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), esto debe constituirse en una política encaminada a optimizar los procesos a lo largo de toda la cadena productiva y de esta forma hacer un uso sostenible, eficiente y responsable del agua.
Dimensión global
El Jefe de la Iniciativa Global de Aguas de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), Francois Münger, dijo que la huella hídrica es un indicador de uso del agua que hace evidentes las dimensiones globales del consumo de esta.
Por ejemplo, según la Water Footprint Network (WFN) o la Red de Huella Hídrica, se necesitan 11.000 litros de agua para producir un kilo de algodón, lo que equivale a consumir 2.700 litros de agua por comprar una camiseta hecha de este material. Asimismo, para la producción de un kilogramo de azúcar de caña se requieren 1.500 litros.
Factores a la hora de calcular el impacto
Para calcular la huella hídrica de los países se tienen en cuenta varios factores: el volumen total del consumo (nivel de riqueza del país), los patrones de consumo de agua (un país que consuma mucha carne tendrá mayor huella que uno con tendencia a no comer carne; así como un país que consuma más productos manufacturados industrialmente tendrá una mayor huella hídrica que aquellos que no). El clima también es relevante en los indicadores de medición.
Fuente: www.larepublica.com